jueves, 30 de junio de 2016

La mujer que murió por José Vasconcelos, Antonieta Rivas Mercado.




Morir por amor es un tema poco hablado en nuestros días; Antonieta Rivas Mercado fue la mujer que en nombre del amor decidió quitarse la vida por uno de los hombres que hizo historia en México; José Vasconcelos, político, escritor y funcionario público considerado filósofo de la post-revolución.

Antonieta Rivas Mercado amó a José Vasconcelos y fue su principal impulsora en su carrera presidencial.

Fue actriz y activista política, una mujer que rompió esquemas en su época, viajó a París y practicó la danza, hablaba inglés, francés, alemán, italiano y griego.

Cuando su madre huyó a Europa para seguir a su amante, se quedó a cargo de su familia, fue mecenas de personajes como Salvador Novo, Andrés Henestrosa y María Tereza Montoya entre otros.

Se casó con Albert Edward Blair con quien procrea un hijo y se divorcia, posterior a esto se relaciona sentimentalmente con José Vasconcelos, de quién fue su principal impulsora.

El 11 de febrero de 1931 se suicida en la Catedral de Notre Dame con la pistola de Vasconcelos, luego de que éste terminará su relación sentimental posterior a su derrota política como suspirante a la Presidencia de la República en México.

Antonieta amaba profundamente a Vasconcelos, su historia ha quedado en anaqueles que pocas veces ha sido desempolvada. Fue la principal impulsora del voto femenino, su reto era despertar el deseo del voto en la mujer, el despertar de su derecho de votar.

Textualmente dijo "Es preciso sobre todo para las mujeres mexicanas ampliar su horizonte que se las eduque e instruya, que cultive su mente y aprenda a pensar".

Refugiada en París tras huir con su hijo y perseguida por las autoridades por éste hecho, se reúne con Vasconcelos con quien funda la revista "Antorcha"; sin dinero y sin el apoyo de Vasconcelos a quien patrocinó su campaña Presidencial arrebatada por Plutarco Elías Calles, se suicida.

Soñó con un México democrático, un México a quien les refutó a los traidores: "Tan Chulo nuestro México", "Tan puerco, tan puerco como todos los que ven con indiferencia la situación", "¿Qué no les da asco?" dijo, "¿Qué ya se acabaron los hombres? a mi me da náuseas pensar que he de volver a mirar las caras de todos aquellos rufianes sin ponerles el puño en el rostro".




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