miércoles, 25 de junio de 2014

Voces de leyenda. Toña la Negra.




Voces de leyenda
Toña la negra
Por Coco Bernal

Cuenta la leyenda que Agustín Lara paseaba una tarde por la orilla de un río, aspirando su infaltable cigarrillo de tabaco rubio y tarareando quizás una de sus melodías. Su paseo fue interrumpido por la voz de una mujer de color quien lavaba ropa y entonaba una de sus canciones, el maestro se acercó a saludarla y le dijo "Por vida de Dios que es un pecado que alguien con tanto talento esté aquí lavando ropa" y como un caballero de los cuentos de hadas se la llevó a la capital y gracias a sus contactos la encamino hacía el triunfo tras bautizarla con el nombre que la haría famosa. 

Muchos años después en la autobiografía del maestro Lara descubrimos que la verdadera historia pasó en un paisaje muchos menos bucólico, sin lavandería, sin río y muy lejos del ribete romántico de esta leyenda; Lara describe como en 1932 conoció a una cantante desconocida, abrir ella la boca para cantar dejo plasmado al maestro en una fiesta privada, una nueva musa llegó a su vida, para quien escribió infinidad de canciones, entre ellas "Lamento jarocho" Se trataba de Toña "La Negra".

María Antonia del Carmen Peregrino Álvarez nació en Veracruz el 2 de noviembre de 1912, influenciada por su hermano mayor ya desde los 8 años empezó a cantar donde fuera, en fiestas, concursos, kermeses, canta sola y a veces a dúo con una chica llamada Celia Pacheco, ya a los 17 años ya se había casado, se fue a la ciudad de México al lado de su esposo y su hijo recién nacido. 

El 16 de julio de 1929 debutó en el cabaret "El retiro" y haciendo temporada en ese lugar donde se le conocía como "La peregrino" conoció a Emilio Azcárraga quien junto con Enrique Contel la bautizaron como "Toña la Negra".

Luego aparece en su vida "El flaco Lara" quien empieza a producir para ella temas como "Veracruz", "Noche Criolla", "Oración caribe", "Palmera", "La clave azul" y "La cumbancha", quienes presentaron juntos en una revista musical en el teatro Esperanza en diciembre de 1932, con tanto éxito que debieron alargar su presentación por mucho tiempo.

Azcárraga la incorpora al elenco de emisora XEW donde se presentaba a veces acompañada por Lara. Toña la negra era lo suficientemente tropical como para caber bien en el contexto que el trópico especialmente el caribe creaba en las películas mexicanas de las décadas de los 40s. 

Toña llevó siempre una vida personal muy reservada, lejos del brillo de las luces y los escándalos por lo que poco se sabe de su familia, tuvo solo tres hijos de su primer marido Guillermo Cházaro, de quien se divorció en 1950, posteriormente se casó de nuevo con el baterista Víctor Ruiz Pasos. 


En los últimos años con muchas libras de más y algunos achaques de salud se había semiretirado de las los escenarios y grabaciones. El 16 de 1982 los cables internacionales dieron al mundo la noticia de que la cantante jarocha se había marchado para siempre. 

viernes, 20 de junio de 2014

La muerte y yo

                                                                                          Foto por: Coco Bernal



Es ella quien ha cambiado mi vida, quien me recordó quién soy; tan vulnerable, tan pequeña, tan mortal, quien se llevó a quienes amo para ser solo ella, y es quien me inspira hoy hablar.


La Muerte y yo
Coco Bernal 

Nadie me espera, solo la muerte; 
es la única cita segura que he tenido desde que nací, 
la única que hará recordar mi nombre cuando echen la tierra encima de mi ataúd, la única que no me traicionará jamás porque cuando nos encontremos no querrá dejarme nunca, es la muerte quien me acompaña en cada instante, quien me susurra en cada respiración, porque morimos cada día un poco,
es ella quien me ha enseñado la trama de mi vida, por quien he llorado noches interminables, quien me ha dado el motivo en mis anhelos olvidados, en mis amores desbordados, con ella he bailado hasta el amanecer, en esas noches de luna llena cuando el silencio no para de hablar. 

Es la muerte quien me aguarda, con la que me desposaré un día hasta fundirme en un solo ser, es ella quien me conducirá al sueño eterno, a la felicidad contada y al encuentro con los que amé.

Cuando escribo

                                                                                En la foto: Anne Sexton




De: Coco Bernal 

Al unir las letras nuestro ser habla, 
es esa conjugación de las palabras
que nos definen cuando escribimos 
o cuando callamos 
porque los silencios también hablan,
son esas voces que salen de dentro,
que no pueden seguir guardadas
porque nos hablan de a poco
hasta hacerse escuchar,
son las voces de lo que nuestros ojos ven,
aveces nos arrullan como un canto de cuna,
o nos corrigen cual soldado insurrecto,
otras más nos conducen al olvido
o al valle de los sueños, al limbo o al paraíso;
aveces son frías o silenciosas, ausentes o
extraviadas.



jueves, 19 de junio de 2014

100 años de Efraín Huerta



Hola que tal amigos que me escuchan en los Estados Unidos, soy Coco Bernal, y desde el corazón de México los saludo.

Este pasado miércoles 18 de junio se conmemoró el centenario del nacimiento de Efraín Huerta, gran poeta, periodista e intelectual guanajuatense, llamado el cocodrilo.  Efraín Huerta: nació un 18 de junio de 1914, en Silao, Guanajuato y murió en la Ciudad de México 20 de febrero de 1982.

Considerado al lado de Octavio Paz y José Revueltas uno de los grandes intelectuales de toda una época, se le han rendido honores desde instituciones como el Palacio de Bellas Artes, la Fonoteca Nacional, entre otros.

En Guanajuato, su lugar de nacimiento no se quedó atrás y fue aquí precisamente donde se llevó a cabo la presentación del libro: Absoluto Amor.

Y estuve en la presentación de este libro por la escritora y amiga del maestro Mónica Mansour, quien contó anécdotas de la vida de Efraín Huerta, al igual que su hija Raquel Huerta quien como investigadora prepara ya la próxima publicación de algunas crónicas de su padre.

Efraín Huerta fue contemporáneo de Octavio Paz con quien tuvo una gran amistad y camaradería intelectual, con quien compartió y debatió sus posturas intelectuales y políticas.

100 años del nacimiento de Efraín Huerta, en donde intelectuales y académicos evocan la obra del hombre que reflejó en su obra al México postrevolucionario, donde las ideologías y la composición social construían el rumbo del país.

Su obra se compone de miles de crónicas periodísticas, Poe mínimos, poemas y pensamientos de izquierda por su ideología como activista político. Efraín Huerta inicio sus estudios de licenciatura en la carrera de Derecho en la ciudad de México pero los abandonó para dedicarse al periodismo y a la literatura.

Durante la charla a la que asistí con su hija Raquel Huerta, ella contó que en 1950 en una de las tantas tertulias literarias al lado de intelectuales contemporáneos, iban todos en un coche después de la parranda y pararon a orinar y mientras esto pasaba inventaron todos un movimiento literario, al maestro Efraín se le ocurrió "El cocodrilismo", por eso fue conocido como el gran cocodrilo, seudónimo con el que en la actualidad se le representa.

Grandes obras conocemos del maestro Efraín Huerta, grandes Poe mínimos en esta ocasión para cerrar esta intervención quiero compartirles este poema titulado “Las voces prohibidas”

LAS VOCES PROHIBIDAS
Efraín huerta

Más despacio que nunca, casi agónicas,
marchan y duelen estas voces o estrellas.
Húmedos pies descalzos, breves pieles,
dulce origen, impío desorden. Voces
que purifican lo que tocan. Voces
todo milagro. Suaves voces de amor.
Voces para decir amor toda la vida
y todo el santo día y a la lenta distancia
de una noche de sueño, amor y voces.
Cálidas o despiertas, dormidas o ya frías,
estas voces se pegan a los labios
y dicen y se dicen altos, duros misterios,
prohibidos latidos, esbeltos calosfríos.

Despaciosas y firmes, llegan como
las bestias, crecen como el encino,
y no hay en ellas nada que no sea verdadero.
Pero duelen. Son dardos de amorosa ponzoña
y dan la seca muerte del olvido.
No perdonan, no aman,
no son ríos serenos sino fuego,
ardiente maldición, dolorosa quietud.
Vienen así, calladas, caminando caminos
de helado polvo. Son las voces
que ya nunca se dicen.

Por eso duelen y por eso ardo
junto a ellas, como al pie de una hoguera.
Ardo y adoro al mismo tiempo
porque nada me callan o no me dicen nada.
Asciendo rudas catedrales de miedo
y el vacío es un lago de hambre y sal.
Me maldigo con ellas
pero duermo con ellas.
Cuando la sed se haya quemado
en mi garganta,
cuando no tenga paz ni amor,
cuando todo sea voces y no llantos,
una pequeña sombra habrá a mi lado.
No la rosa del ansia ni el clavel de miseria,
sino la joven luz del alba,
la joven voz del alba mía.